Cuando el producto es muy bueno y es gratis, tú eres el producto

Published on: December 19, 2016 | Reading Time: 6 min | Last Modified: December 19, 2016

osm
openstreetmap
strava

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Si eres usuario de alguno de los múltiples servicios o aplicaciones de Google seguramente esto lo deberías de tener claro. Cuesta entender como un buscador de Internet se convirtió en la macroempresa que es hoy en día y como es capaz de hacerlo cuando a priori todos los servicios que ofrece son gratuitos. El propio Google cuenta su historia en su página de About, a la cual vale la pena echarle un vistazo ya que tienen una cronología muy detallada de toda su historia hasta la actualidad. Si echamos un vistazo para ver de donde vienen los ingresos de Google, por ejemplo a través de esta publicación, vemos que la publicidad supone el 90% de estos, y esto es posible seguramente gracias a la cantidad de datos que es capaz de almacenar y de explotar sobre los usuarios de sus aplicaciones, mediante los cuales es capaz de ofrecerte un anuncio exactamente sobre lo que necesitas casi antes de que tu lo sepas.

Google es un caso muy significativo pero hay muchos más, sobre todo alrededor de los servicios de Internet. Todos conocemos estupendos servicios que o bien son gratis o tienen un coste muy pequeño, detrás de los cuales suele haber una compañía bastante grande, con lo cual resulta complicado imaginarse como es posible que la cuentas cuadren. Si haces deporte, como es mi caso, probablemente conozcas Strava, una red social para deportistas. Funciona como muchas otras plataformas que permiten registrar la actividad física que realizas, bien sea corriendo, en bicicleta, nadando, etc… y lo puedes hacer a través de sus aplicaciones para el móvil o con dispositivos más específicos como relojes deportivos con GPS. La peculiaridad es que te permite interactuar con otros deportistas, agruparse formando clubs bien sea por amistad, por localización geográfica, etc… y además añade un punto de gamificación ya divide el territorio en lo que Strava denomina segmentos, que se pueden crear automáticamente o pueden ser creados por un usuario, de tal forma que cuando pasas físicamente por uno de estos segmentos, queda registrado tu tiempo, que se compara con el resto de usuarios de la plataforma a través de diferentes clasificaciones. Al mejor en ese segmento se le concede lo que Strava llama un KOM (King of Mountain) o QOM si eres mujer (Queen of Mountain), lo cual demuestra que eres el deportista más rápido en recorrer ese segmento, o al menos el más rápido de los que usan Strava.

Lo curioso de todo esto es que Strava es un servicio gratuito y no tiene publicidad en su plataforma. Puedes utilizarla sin tener que ver anuncios ni nada parecido. En realidad también tiene cuentas de pago, aquí en España 7,99€ al mes, que ofrecen alguna cosa más como planes de entrenamiento o algún análisis más detallado de tus actividades para ver en que punto de forma estás y cosas por el estilo. Desconozco el porcentaje de cuentas de pago que tienen pero ellos aseguran que es su principal fuente de ingresos y que por ahora no han empezado a explotar toda la cantidad de información que recopilan. A través de Strava Insights se puede ver la cantidad de información que se sube a su plataforma, de la cual publican informes anuales. Estos informes dan una idea de la cantidad de información que se maneja y de cuantos usos posibles tendría su análisis. Por ejemplo, Strava permite etiquetar una actividad como “Desplazamiento al trabajo” que puede ser en bicicleta o caminando, lo que permite llevar a cabo estudios de movilidad. En los datos publicados de este año 2016 se puede ver por ejemplo que el día más popular en cuanto a desplazamientos al trabajo en bici, por ejemplo, fue el martes 24 de marzo, cuando 8.522 personas utilizaron este medio.

Si bien hasta ahora no habían explotado esta información, como es lógico están empezando a hacerlo. El proyecto Strava Metro está empezando a analizar toda esta información, anonimizando toda la información sobre sus desplazamientos que suben los usuarios y preparándola para que diferentes entidades con las que tienen acuerdos, como departamentos de planificación urbana de varias ciudades o entidades de gestión de transporte puedan analizarla.

Mapas y OpenStreetMap

La base de una aplicación de este tipo son los mapas y en el caso de Strava utilizan como base OpenStreetMap, pero no se limitan sólo a utilizarlo como una capa base sobre la que mostrar las actividades. Existe una relación de cooperación que permite por ejemplo que se puedan trazar rutas en OpenStreetMap partiendo de los heatmaps de Strava que indican que recorridos son los más habituales. También existe una herramienta que permite reportar errores en las rutas para que puedan ser corregidos en OSM. Para poder hacer todo esto Strava tiene su propia versión de iD, el editor web por defecto de OpenStreetMap, cuyo código fuente se puede encontrar en su github.

Esta funcionalidad de los heatmap permite por ejemplo crear nuevas rutas, gracias a la cantidad de datos almacenados, si queremos crear una ruta, al ir indicando puntos por los que queremos pasar, Strava es capaz de calcular cual es el mejor recorrido basándose en los tramos más recorridos por los usuarios.

Los usuarios como sensores

Dejando de lado que Strava es una empresa y que busca lógicamente un rendimiento comercial, estos ejemplos, salvando las distancias, no hacen más que hacerme reflexionar sobre la potencialidad del trabajo colaborativo y cómo puede ser aplicado a cualquier campo. En este caso los usuarios de Strava están colaborando, aún sin saberlo, permitiendo mejorar iniciativas como OpenStreetMap, participando en proyectos de mejora de movilidad, etc… La enorme potencialidad que tiene esto me hace pensar en cuantos esfuerzos se están haciendo ahora mismo en proyectos de Smart Cities por ejemplo, intentando crear redes de sensores, desplegando infraestructuras de coste muy elevado…, y si el resultado final no se puede conseguir con cosas como esta.

La idea de los ciudadanos como sensores no es nueva, el problema está en como atraer la participación. Una forma de potenciarla puede ser el uso de este tipo de aplicaciones o servicios, que ofrezcan algo al usuario algo que desee usar y que indirectamente permitan obtener información, o potenciarlas a través de la gamificación por ejemplo, ¿cuánta información se podría obtener por ejemplo, o se está obteniendo ya, con Pokémon Go? Si juntamos ideas de este tipo con herramientas colaborativas y libres como OpenStreetMap por ejemplo, ¿hasta donde se podría llegar?