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Todos hemos visto la típica escena de película de guerra donde se colocan maquetas que representan tropas o ejércitos y como alguien las va moviendo sobre un mapa para actualizar la situación real o para planificar movimientos, cual tablero de ajedrez, ¿verdad?. En cierta manera no dejan de ser un Sistema de Información Geográfica rudimentario, compuesto por una cartografía base y una capa de información encima, que sirve para hacer un análisis intentando tener delante una visión del territorio y de la realidad que nos interesa.
En uno de mis viajes a Londres, leyendo durante el vuelo, descubrí la sala de mapas de Churchill. Situada bajo tierra en Westminster las Cabinet Wars Rooms eran una serie de salas destinadas a hacer seguimiento de la segunda guerra mundial. En cuanto pude fui a visitarla y entre otras muchas cosas lo que lógicamente más llamó mi atención fue la sala de mapas. Una especie de sala de reuniones con una pared en la que había enormes mapas de Europa y del mundo, como el que se ve en la foto por ejemplo, sobre que había colocadas cientos de chinchetas de colores mostrando supongo zonas de guerra y supongo también que los colores servían como código para definir ciertas cosas.
Visitando aquellas salas uno casi tenía la sensación de estar en aquellos años, imaginando como habría un montón de gente y un movimiento frenético, recogiendo información, analizándola y poniéndola sobre esos mapas. Luego Churchill, sentado en esa sala, junto con gente de su confianza miraría ese mapa y tomarían decisiones. Seguramente tendrían cientos de informes para leer, con mucha información para analizar, seguramente mucha gente le daría multitud de datos, ideas sobre los siguientes movimientos basados en ellos, pero yo me lo imagino mirando el mapa, abstraído del resto de comentarios, analizando sólo lo que ve, atento sólo a la información que representan las chinchetas sobre el territorio.
Otro mapa que me llamó la atención en las Cabinet Wars fue este otro de la siguiente imagen. Un mapa de Europa con una capa transparente encima sobre la que estaban dibujadas zonas de dominio nazi que cada país aliado controlaría después de la guerra. De nuevo lo importante no era el mapa que había debajo, igual que en los casos anteriores. Supongo que daría un poco igual el tipo de cartografía o lo que mostraba el mapa de base, lo importante es que servía para dar contesto a lo que había encima, contesto que se traduce en dotar a esa información de una situación geográfica.
Bien sea poniendo chinchetas o dibujando sobre un papel transparente, mostrar la información sobre un mapa, siempre nos ha dado un punto de vista diferente. Los seres humanos solemos procesar mejor la información cuanto más visual sea, igual que hacemos esquemas o diagramas, también situamos información sobre mapas, que nos aportan una localización, porque todo sucede en algún sitio, nos dicen que otras cosas pasan cerca, que pasaría si moviésemos algo de un sitio a otro, etc… no hay límite a los análisis que se pueden hacer colocando información sobre un mapa.
Hoy en día llamamos sistemas de información geográfica a colocar información de todo tipo, en forma de capas, sobre una localización geográfica. Exactamente lo mismo que el ser humano viene haciendo desde hace muchos años, a través de medios más rudimentarios como pueden ser las chinchetas, o en realidad no, porque a veces, para casos puntuales sigue siendo más sencillo y más rápido colocar unas chinchetas que usar toda la tecnología que tenemos disponible.
Nos emperramos en poner la coletilla “geográfica” a todo lo que tiene que ver con analizar o mostrar información que tiene unas coordenadas geográficas, hablamos de información geolocalizada, como si hubiese alguna que no lo sea, le damos un carácter especial a toda información que ponemos en un mapa, cuando en realidad los mapas no son más que una herramienta para mostrar información en una forma que nos permite analizarla y comprenderla mejor.
La ventaja que tenemos hoy en día es que disponemos de una cantidad inmensa de tecnología, que nos permite mostrar información en mapas de muchas maneras, pero a veces tengo la sensación de que nos dejamos llevar y acabamos convirtiendo la tecnología en un fin en lugar de en un medio. Muchas veces con un mapa y unas chinchetas tendríamos más que suficiente.