Nervios, ese cúmulo de sensanciones diversas que cada persona vive de una manera diferente antes de un acontecimiento, pero que casi siempre tienen en común ese cosquilleo en el estómago. Nervios que se convierten en miedo a lo desconocido cuando te enfrentas por primera vez a algo.
No hay una forma mágica de vencerlo, tan sólo confiar en el trabajo hecho. Han sido casi 10 meses de entrenamiento que deberían dar su fruto, así que ahora lo importante es intentar disfrutar, porque habrá momentos para ello, aunque también habrá momentos duros lógicamente, pero para eso también hemos entrenado la cabeza.
Para distraerse un poco y alejar los nervios el día antes hay muchos detalles que preparar, desde dejar listo todo el equipamiento hasta el ritual de recoger el dorsal, pasando por la asistencia a la charla técnica o el control de material. Todo eso hace que tengas la mente ocupada y concentrada en otras cosas y no pienses tanto en la carrera. Mañana la cosa será parecida, una vez que te despiertas vuelven los nervios que se suavizan un poco cuando llegas y empiezas a preparar todo. Cuando te enfundas el neopreno y te vas a la línea de salida seguramente es el momento de mayor tensión, pero se termina enseguida, en cuanto se da la salida ya sólo piensas en la carrera y te concentras en lo que estás haciendo.
Sígueme en carrera
A través de este enlace se puede seguir más o menos en tiempo real la prueba. Se va actualizando cada vez que los participantes pasamos por cada uno de los puntos de control. Si quieres seguirme mi dorsal es el 271.
El siguiente post será el final de la serie, si todo va bien seré un ironman, si no habré aprendido mucho.