Este post era el que más deseaba escribir desde que empecé esta serie de #voyaserunironman, y es que al fin llegó y pasó el día y puedo decir que cumplí el objetivo y #soyunironman. Han sido casi 10 meses de entrenamiento específico con la mente, las ganas, la ilusión y el esfuerzo del día a día pensando en ese momento en el que cruzaba la meta y al fin este pasado domingo, después de algo menos de 12 horas de competición por fin esa tan ansiada meta pasó de ser un sueño a una realidad. Pero empecemos por el principio…
La crónica
El día empezó muy temprano, como a las 4 de la mañana más o menos, en las que me desperté en mi cama. As Pontes está a unos 40 minutos en coche de donde vivo así que preferí madrugar un poco más y al menos las pocas horas de sueño de ese día aprovecharlas al máximo en mi cama. No es la noche que más descansas, no sólo por tener que madrugar si no también por los nervios, así que es importante haber dormido y descansado bien dos noches antes.
Sobre las 6 de la mañana estaba en As Pontes, hora y media antes de empezar la prueba, listo para entrar al box y preparar los últimos detalles. Era aún de noche pero había bastante movimiento de competidores e incluso algún familiar debajo de los grandes focos que iluminaban el box. Preparar el material, última revisión de la bicicleta, colocar la alimentación para la carrera y enfundarse el neopreno. Los nervios van creciendo a medida que dejas de centrarte en revisar y preparar cosas y vas siendo consciente de que la salida se acerca. Último paseo desde el box hasta la zona donde dejar la mochila y vuelta a tu puesto en el box para empezar el ritual de salida, la suerte está echada.
Una vez en el agua se terminan los nervios, te centras en lo que tienes que hacer y todo empieza a ser más fácil, por lo menos al principio. Me sentí cómodo en el agua y casi sin darme cuenta terminé la primera vuelta, salí a la playa y vuelta al agua para la segunda, mirando de reojo el tiempo, por ahora todo bien, a mi ritmo pero dentro de la normalidad. La segunda vuelta se hizo un poco más larga, pero por suerte conseguí ir siempre en grupo, centrándome en nadar y despreocupándome de la orientación, confiando en el que resto de gente estuviese yendo bien.
Salí del agua más o menos en el tiempo previsto así que de momento la cosa iba bien, ahora coger la bici donde me siento mucho más cómodo y a rodar, 180 kilómetros por delante así que había que empezar tranquilo. Fui de menos a más con buenas sensaciones y adelantando gente todo el rato, cosa fácil teniendo en cuenta que salí bastante atrás del agua, pero que motiva bastante, llevé en la pantalla de la bici el tiempo todo el tiempo y cada 15 minutos exactos bebía, sobre todo isotónico. Entre cada avituallamiento consumí algo más de un bidón, unos 3/4 de litro cada 22 kilómetros más o menos, y la verdad es que me vino muy bien hacerlo así, no tuve sensación de sed en ningún momento ni la boca seca, señal de que estaba bien hidratado todo el tiempo. A nivel comida finalmente opté por llevar algo salado, en este caso un sándwich, y combinarlo con las barritas. Cada 45 minutos o como máximo 1 hora comía algo, según me fuese apeteciendo, intercalando siempre dulce con salado. Creo que fue otro acierto porque comer sólo cosas dulces durante tanto tiempo hace que al final te quite las ganas y que se termine por cerrar el estómago.
Tenía el objetivo de no pasar de las 6 horas en la bici y pude cumplirlo con algo de margen, cuando salí de la segunda transición listo para correr llevaba justo 7 horas y media de carrera, lo cual me daba de margen 4 y media para correr el maratón y no pasar de las 12 horas que era el objetivo optimista que tenía en la cabeza. La idea principal era acabar y ya está, pero todos los que hacemos este tipo de deportes sabemos que al final echamos nuestras cuentas queramos o no y siempre llevamos un tiempo en la mente. Por una parte creo que es bueno porque si lo vas consiguiendo te anima mucho, pero claro si es al contrario desmoraliza, aún así creo que es inevitable no pensarlo.
Con la carrera hice lo mismo que en la parte de ciclismo, empezar tranquilo, a un ritmo que pudiese mantener y que fuesen pasando los kilómetros. El circuito a pie se hacía un poco tedioso porque aunque se corre por el pueblo en realidad no por zonas donde haya mucha gente, entre eso y que el ritmo que llevas no es muy alto va costando que pase el tiempo. Por suerte los avituallamientos están muy bien pensados y te los encuentras cada 2 kilómetros y medio más o menos así que al final se trataba de fraccionar la carrera de avituallamiento en avituallamiento, donde en todos recibía muchos ánimos de los voluntarios y de muchos compañeros. A nivel alimentación tengo que decir que me la jugué por las cosas naturales. Como ya expliqué en alguno de los posts desde esta temporada no estoy usando ningún tipo de suplemento y tratando de apostar por buscar las vitaminas y los nutrientes en los alimentos naturales, por tanto no quería ponerme a tomar geles y cosas que por falta de costumbre pudiesen hacerme más mal que bien. Sí que llevaba alguno por si acaso tenía un momento de mucha debilidad pero la verdad es que no me hizo falta, pasé el maratón a base de mucha bebida de nuevo, sobre todo isotónico y mucha fruta, plátano, sandía y naranja, tomándome de vez en cuando alguna gominola, más que por el azúcar como premio para autorecompensarme cuando completaba cada vuelta.
Así, poco a poco, kilómetro a kilómetro me fui acercando al final, hasta llegar a la última vuelta, los últimos 10 kilómetros donde ya empiezas a descontar, a decir adiós a los sitios por los que pasas porque ya no los volverás a ver, igual que a los compañeros y voluntarios de los avituallamientos a los que das las gracias por todo, y cuando te das cuenta estás entrando en los dos últimos kilómetros, viendo desde lo alto la meta y te empiezas a visualizar cruzándola, sin poder evitar emocionarte y soltar alguna que otra lágrima. Allí estaba esperándome mi mujer, gracias a que en esta prueba se piensa en todo, hay unos 50 ó 100 metros desde la meta real, donde termina oficialmente la prueba hasta el arco de meta con el tiempo, pensados para que puedas disfrutarlos con tu familia. Y así, juntos, recorrimos de la mano esos metros finales, compartiendo esfuerzo, que fue mutuo por lo mucho que me apoyó y aguantó durante todo el año. Este logro también es de ella.
La valoración
Tenía una obsesión en la cabeza más allá del tiempo, que era la de acabar bien, es decir, poder terminar el ironman sin estar después una semana con dolores o sin poder casi moverme con mi cuerpo machacado. Ese era mi objetivo principal para entrenar, independientemente del tiempo que pudiese hacer quería estar lo suficientemente preparado como para poder disfrutar de la experiencia y no sufrir después de ello.
Desde ese punto de vista el objetivo fue más que cumplido, lo cierto es que terminé muy entero y esta última semana, aunque lógicamente tuve algún dolor de piernas he podido hacer una vida totalmente normal, así que por ese lado me quedan muy buenas sensaciones.
En cuanto al tiempo final, aunque es algo anecdótico para mí por ser el primero, la verdad es que también estoy muy contento. Como decía en la crónica uno siempre echa cuentas y en mi caso batí incluso las más optimistas así que tremendamente contento. Me queda la sensación de tener bastante margen de mejora, sobre todo nadando pero incluso también en las otras partes. Ahora mismo no me planteo otro ironman a corto plazo pero si me gustaría hacer más en el futuro y creo que puedo hacerlo mejor después de esta experiencia.
En cuanto a la prueba, la verdad es que no podía haber elegido una mejor para debutar, ya no por estar organizada por mi club y tener a mucha gente conocida alrededor, sino porque la organización es de 10 y los voluntarios de 11. Es una prueba que está pensada por y para el triatleta, hasta el más mínimo detalle, donde seas el primero o el último tienes la sensación de ser un profesional por toda la atención que recibes. El sitio es una gozada y todo el pueblo se vuelca con el evento. Y luego están los voluntarios, que puedo decir, yo que además lo he sido varios años, son el elemento diferenciador sin duda de este ironman, dando ánimos siempre, cuidando a todos los participantes, pendientes de nosotros en todo momento y siempre con una sonrisa. Ahora que he vivido la prueba desde el otro lado he visto realmente lo realmente importantes que son, por eso GRACIAS, de corazón.
Poco más me queda por decir, han sido casi 10 meses pensando semana a semana en esto, lo he sufrido pero también me he divertido, en cada entrenamiento, en cada post que iba escribiendo, con la preparación y elección del material, etc… a ti lector que has estado ahí todos estos meses sólo me queda esperar que haya sido interesante o entretenido leer mi experiencia, si ha servido para eso o para que pierdas el miedo de enfrentarte a tu reto, sea el que sea, o si alguno de los consejos o ideas que he transmitido, de casualidad te han servido para algo, me doy por más satisfecho todavía.
#soyunironman